Desde donde hablo cuando hablo del Yoga.

Una de las enseñanzas que más atesoro y procuro perpetuar es la de ver las cosas con perspectiva.
¿De dónde surge esta reacción, esta emoción, esta respuesta?
¿Desde dónde estoy mirando?
¿Desde dónde estoy percibiendo tal o cual situación?

Creo que es un lindo hábito, observar más arriba de mi observación. Vista de águila. 

De la misma forma, me gustaría compartir la perspectiva de “Desde dónde hablo cuando hablo del Yoga”, para que también conozcas desde donde observo.

Teniendo en cuenta los milenios de cultura, cualquiera que haya nacido en el lado occidente del mundo, solo podrá a lo largo de la vida, siquiera sumergir una punta del dedo del pie en el infinito océano cultural, filosófico e histórico que implica el estudio de disciplinas como el Yoga o el Budismo. 

Teniendo en cuenta tal perspectiva, definitivamente no soy ni una erudita, ni una maestra ni una experta. 

Hablo, estudio, analizo, medito y comprendo el Yoga y el Budismo desde mi experiencia de mujer occidental sudamericana millennial que habita el mundo hiperconectado del Siglo XXI, como algunas de las referencias que marcan esta existencia humana. 

En mi camino, al reconocer desde dónde percibo, puedo ver tendencias que nublan o sesgan mi percepción. Al verlas, puedo observar desde más arriba, con esa vista de águila, que me permite tener otro entendimiento, otro punto de vista. Como si hiciera una interconsulta conmigo misma, para que contemos con más información al tomar tal o cual decisión, por más grande o pequeña que sea.

Y en esta vista de águila, puedo ver que hay mucho más que la identidad que yo creí que me definía absolutamente, que los conocimientos que a lo largo de mi vida pude tener acceso. Que si bien a mi me identifica la cultura occidental por haber sido el sitio donde nací, existieron al mismo tiempo de desarrollo pero al otro lado de mi mundo, civilizaciones y culturas que desarrollaron sus propios sistemas, estudios, tradiciones y conocimientos.

En esta vida de águila puedo ver que en este gran mundo redondo, es importante que no exista tal cosa como lxs de allá y los de acá, ellxs y nosotrxs, oriente u occidente sino que veamos el aporte que cada uno puede dar a la unidad del planeta y cómo podemos desde los conocimientos que desarrollamos, buscar respuestas a nuestra experiencia humana. 

Que en eso, mas o menos, somos todxs iguales. 
Aunque cada quien tenga su propio punto de vista. 

Aquí te dejo algunas de la innumerable cantidad de puntos que me resultan sumamente interesantes, me gustan y proponen un punto  de vista muy constructivo. 

Me gusta, de esta perspectiva, que se ocupa de la nutrición e higiene mental. En cómo alimentamos además de nuestro cuerpo físico, nuestros sistema de percepción y en cómo lo limpiamos de elementos contaminantes.

Me gusta, que dentro de sus principales principios se encuentre la No violencia. Propia o hacia otrxs, física, verbal o de pensamiento. 

Me gusta, que la compasión, entendida como la posibilidad de ponerte el los zapatos del otro, sea la guía de todo vínculo.

Me gusta, del Budismo y de Yoga, que son filosofías prácticas y pragmáticas. No te invitan a creer por el simple hecho de creer. Te invitan a que tengas la experiencia vivencial que te permitan obtener tus propias preguntas y conclusiones. Que si el caso es que no te sirve, lo descartes. Pero que antes de descartarlo mentalmente, pruebes. No es una teoría, es una práctica. 

Me gusta, que te invitan y conducen a buscar tu máximo potencial para honrarlo.  descartando todo aquello que no es útil o necesario para tu camino. 

Me gusta, que te enseñan a entrenar y a enfocar la mente. A dirigir tu atención hacia donde vos quieras que vaya. Una habilidad más que útil en estos tiempos modernos de déficit de atención. Vas a ver como poco a poco resulta un disfrute más que un trabajo. 

Entonces, ¿Desde dónde hablo cuando hablo del Yoga?

Hablo desde la fascinación por una disciplina que me permite conocer que en mí funciona un sistema tan complejo como el mismísimo universo y que si te lo pones a pensar, no hay diferencia alguna.

Hablo desde mi pasión por el estudio de filosofías de vida que rescatan valores esenciales en el desarrollo personal y social. 

Hablo desde mi constante formación para cada día ser mejor profesora, profesional y persona. 

Y hablo (o a eso aspiro) de cómo podemos llevar estos conocimientos a la vida diaria. Porque de nada nos sirve realmente una gran destreza física con una mente perturbada o en un cuerpo sin un noble corazón.

Hablo como estudiante, reconociendo que existe por delante un larguísimo camino a recorrer del que saboreo cada paso como gotas del mismísimo elixir aún sabiendo que su extensión es tan vasta como el pulso que me marca el corazón. 

Hablo desde la importancia que reconozco en el estudio de las disciplinas que nos invitan a cultivar actitudes mentales, personales y sociales, que nos permiten fluir en armonía con el entorno que nos rodea. 

Hablo desde mi propio camino en búsqueda de la felicidad y el contento. 

Y hablo, por sobre todas las cosas, desde el más profundo amor. 

Te invito a que te sumes conmigo a este viaje descubriendo perspectivas y puntos de vista que nos inviten a la reflexión para obtener nuestra propia conclusión. 

Si querés conocer más sobre estas filosofías, quédate atentx a los posteos del blog. 

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Comentarios

2 respuestas a «Desde donde hablo cuando hablo del Yoga.»

  1. Avatar de Maru
    Maru

    Abrir la ventana para que nuestra aguila interna aflore y nos regale sentir puntos de vistas mas amplios y abiertos ☄Gracias por compartirte🌼

    1. Avatar de solentaurocosmetica

      Gracias por estar! Que el vuelo nos encuentre! <3

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