Sobre mí y la llegada a los mundos

Nací en Argentina hace casi 33 años.

Crecí con una vida de barrio, tardes de juegos, toda la actividad física posible, mucha naturaleza y unas ganas incansables de usar mis manos para crear.

Fui adolescente en los inicios de las tecnologías.
Vamos, una millenial.
Por más que mi padres lo intentaron, no salí médica. Siempre la poesía, los libros, las letras y las emociones del alma me llamaban más la atención.
Cuando elegí qué estudiar, todo en mí sabía que quería comunicar y allí fui.

Poco a poco las estructuras y contenidos universitarios me quedaron pequeños en un mundo cada vez más marcado por el vasto alcance tecnológico.

También una mañana tuve esa sensación de estar en zapato de otra persona cuando viajaba a un trabajo que alguien consideraría exitoso. Supe que aún era muy joven para resignarme a esas viejas normas, formas, usos y costumbres que ya me habían disparado picos de tensión alta a mis cortos 20 años.

Al tiempo que mi vida iba tomando un ritmo independiente y vertiginoso, con mi pulso vital pidiendo a gritos que lo escuchara, comencé a habitar el silencio para que él pudiera hablar.
Así, hace 10 años comenzaba a meditar.

Hábito que lo cambió T-O-D-O.
Me reconocí en la capacidad de poder liberarme de esas estructuras.

Me dejé guiar por las inquietudes y certezas que me llevaron a trabajar en Marketing Digital casi al mismo tiempo que todo eso iba llegando a la región.
Me gusta creer que nos acompañamos en una etapa del crecimiento de ambos.

Me rodee de personas que me hicieron bien, me permitieron crecer, me llenaron de sonrisas y herramientas.
Disfruté del mundo, de mi veinte años juventud al máximo, del amor y de la amistad.

Si bien las practicas de meditación sentada se espaciaban, me reconocía trayéndo las sensaciones a mi vigilia. Habitando esa escucha atenta.
Porque es necesario parar la pelota mental cuando estas en medio del partido.
Porque más de una vez me ví en riesgo de volver a estar ahí, ocupando un tipo de éxito que no era el mío.

A esta altura continuaba con mi autoescucha cuando lo necesitaba, cuando las noches eran muy solas o cuando vi que el tiempo de calidad conmigo misma, era innegociable.

Ya había comentado y compartido una cosa o dos con amigues y compañeres que veían la meditación como algo que podía sumar en sus vidas y poco a poco yo comenzaba a ver que quizá mi camino comunicativo podía explorar nuevos rumbos desde un espacio constructivo de la felicidad, del bienestar, de la calma y del tiempo de calidad.

Llegó el momento de una revolución más y jugármela por un amor hermoso, de mudarme de ciudad, de dejar mi trabajo de oficina, de enfrentar mis penas, de rehabilitar mis cuerpos, de empacar mis corajes y de dejar casi todo atrás para viajar con dos mochilas y mi compañero a explorar. A ver por donde nos llevaba la vida.

En tantos procesos de cambios, los 30 años y la incertidumbre se hicieron presentes.
La sensación de ir sin caminos marcados que recorrer, solo los que nos acercarían a nuestros propios sueños, es tan liberadora como abrumadora si se lo permite.

Ante tanta falta de certezas, silencio y escucha atenta.
Solo allí está la verdad, todo lo demás es ruido ambiente.

Si bien ya estamos como pez en el agua con esto del movimiento y las mudanzas, llegamos a Barcelona y aquí estamos plantando la bandera aunque nunca se sabe hasta cuándo.

Mi voz interior venía alimentando una idea que traigo conmigo desde hace mucho tiempo. Me gusta creer que nos vamos acompañando en el crecimiento;
Estudiaría Yoga.
Aún no logro identificar si un día llegó o si siempre estuvo.
Si vino con la meditaición o si la meditación me guió a ella.
Creo que es como el amor.
Que simplemente festejo habernos encontrado.

Encontré la escuela, lxs maestrxs, personas fabulosas y la respuesta a una infinidad de preguntas que tenía en mi interior.

Estudié, practiqué e interioricé, para que nacieran en mí una infinidad más de preguntas a las que cada respuesta abre un nuevo e infinito universo de preguntas y respuestas.
La vida misma, no?

Y entonces veo que elegí con gran sabiduría el camino a recorrer.
El de ir disfrutando el paseo.
En lo posible, descalza.


Mercé





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Comentarios

2 respuestas a «Sobre mí y la llegada a los mundos»

  1. Avatar de Johanna
    Johanna

    No puede ser más poesía leerte.
    Qué belleza tu existencia amiga!
    Namasté 😍

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