Yoga es hogar

Hola! Hoy te comparto este relato de porqué elijo llevar el yoga como forma de vida.

Resulta que hace un tiempo me fui de viaje por un año, habiendo vendido, regalado o dejado casi todo lo que consideraba mío. Salí de Buenos Aires con dos mochilas y sin fecha de regreso (spoiler alert: nunca regresé).

En este viaje por más preciosas que fueron las experiencias que tuve me di cuenta, crisis de por medio, de todo aquello que hacía de mí, yo. Me explico?

Nada de lo que solía identificarme ya me identificaba. No sabía quién era yo sin mis cosas, sin mi país, sin mi barrio, sin mi rutina, sin mis espacios, sin mi gente, sin mi casa, sin mis roles, sin ninguna de las etiquetas que tuve colgadas por tantos años.  De pronto, todo era completamente diferente

¿El lado bueno? Una gran oportunidad de liberación. 

El lado malo… Una enorme crisis de identidad y pertenencia.

Esta ambigua situación me llevó a reconocer que nada de lo que tenía, realmente me identificaba. Que NADA de lo que tenía, realmente lo necesitaba para ser. Entonces, si no era nada de eso. ¿Quien soy?

Esta brutal liberación, al mismo tiempo que me aliviaba, me generaba muchísima angustia. 

Porque no solo había dejado todo lo que era, sino que viajaba siendo nómade, cambiaba constantemente de lugar, de gente, de clima, de husos horarios, de moneda, de “casa”, de rutinas, vamos… que todo cambiaba todo el tiempo. 
Lo que se conoce como -estabilidad- estaba completamente ausente.  
Se sentía más bien como estar perdida, dando pasos en un camino que no reconocía ni sabía a dónde me llevaría, porque ni siquiera había un «donde llegar».

Tampoco existe la posibilidad de postergar nada de todo esto que pasa hasta “volver a casa” porque no hay ni tal “casa” ni tal “volver”.
Hay que resolverlo en el camino porque en ese camino está la vida. 

No quiero que me mal entiendas, la alegría era infinita… estaba realmente cumpliendo un sueño. Estaba eligiendo voluntariamente, porque esa experiencia me resultaba tan abrumadora como fascinante. 

Te subiste a una montaña rusa alguna vez? Luego de tantos años, sigue siendo una de las formas más gráficas que encontré para explicarlo. Viste esas sensaciones de emoción – miedo – ganas- arrepentimiento – valentía – náuseas – exaltación – risa – grito, que se sienten todas al mismo tiempo?Bueno eso… Y así como a la montaña rusa, volvería a subirme a ese viaje una y otra vez. 

Al final de cuentas, aquello que terminó siendo casi un año de viaje y una posterior migración realmente fue un salto abrumador de crecimiento, aprendizaje, cuestionamientos y conclusiones.
Verdades que al verlas ya no puedes volver a cómo las creías antes.
Verdades que probablemente luego, evolucionarán también en otras…

¿A donde voy con todo esto?…

A contarte que toda esta experiencia -pseudo asceta principiante- me llevó, luego de muchas sacudidas, a reconocer que CASA, lo que sea que eso signifique para mí, es lo que llevo dentro.
CASA es todo lo que habito de la piel hacia dentro. CASA es lo que soy para mi alma.
Y saber dónde eso se encuentra, es lo que necesito para no sentirme a la deriva, perdida o sin rumbo.

Que sí, que hay lugares, personas, aromas y momentos que me hacen sentir como si estuviera en… pero que solo estoy en casa si soy consciente de lo que llevo dentro y estoy presente dentro de mí. 

Así es como en medio de todas estas crisis y revelaciones encontré en la rutina del estudio y la práctica del Yoga, la forma de cuidar este hogar que soy yo conmigo misma sin importar dónde, cómo, cuándo, con quién o porqué me encuentro donde sea que esté. 

«Recordame, alma mía, quien soy, donde estoy y a donde vamos.. ?!»

Para mi cuerpo, mente y energía…
Yoga al despertar se siente como recoger los trastos que quedaron de la reunión de anoche. Yoga en mitad del día es como el orden de las cosas que se van desparramando por toda la casa.  Yoga por la noche es lo mismo que organizarme para mañana, apagar las luces y preparar la situación para poder descansar tranquila. 

Yoga es cuidar mi cuerpo-mente-espacio, es hacer hogar, acomodarlo y procurar que todo lo necesario funcione lo más óptimo posible para poder vivir, invitar y compartir este espacio-tiempo que nos es dado, de la forma más bonita y amorosa que pueda ser.
Haciendo, por sobretodo, más espacio al amor y menos espacio a todo lo innecesario.

Yoga, para mi, es estar en casa y que sea un espacio íntimo, seguro y calmo para habitar(me). Que sea hogar.

– ¿Que quien soy?… eso, el hogar de mi alma.

Con ella a todas partes, bien arropada.

Te dejo algunas imágenes de aquella Mercè viajera que siempre amo, añoro y admiro 🙏❤️

Un poco de música para inspirar …

Y una lectura, porque siempre es útil leer a grandes maestros. Todxs más o menos en algún momento de la vida nos hemos hecho las mismas preguntas, por los siglos de los siglos…

I am That

Las percepciones basadas sobre sensaciones y configuradas por la memoria implican un perceptor, cuya naturaleza usted nunca se ha tomado el trabajo de examinar. Dedíquele usted su atención plena, examínele con amoroso cuidado y usted descubrirá alturas y profundidades de ser que usted jamás ha soñado, absorto como está usted en su precaria imagen de usted mismo.

. _ .

La vida de la que es una expresión la guiará. Una vez que usted se haya dado cuenta de que la persona es solo una sombra de la realidad, pero no la realidad misma, usted deja de inquietarse y de afligirse. Usted acepta ser guiado desde dentro y la vida deviene un tránsito en lo no conocido.

Sri Nisargadatta Maharaj.

Por último, me gustaría decirte que en toda esta situación a mí el yoga me dio una mano muy grande y no fue fácil.
Si alguna vez te sentiste o te sentís así, perdidx, te dejo un cariño muy grande y el deseo de la conciencia infinita de saber que eres suficiente, que dentro tuyo vive el universo. <3
Te abrazo fuerte y si necesitas una charla, aquí estoy.
Cariños, Mercé-


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